La finalidad de su radiador es mantener el refrigerante fluyendo a través de su motor. Si existe un bloqueo o escape, su motor puede sobrecalentarse rápidamente y su vehículo puede averiarse.

Las pérdidas de refrigerante son causa de manguitos rotos o de un agujero en el propio radiador. El metal para radiadores es fino y puede resultar dañado fácilmente, pero la causa número uno de las pérdidas de refrigerante es la corrosión. Le recomendamos someter su sistema de refrigeración a una inspección profesional al menos una vez al año.

La alineación y llenado es una parte crítica del mantenimiento rutinario. El refrigerante es sumamente cáustico. Si permanece mucho tiempo en el radiador, empezará a corroer el metal y ocasionará pérdidas potencialmente dañinas. Si detectamos cualquier pérdida de refrigerante, podemos reparar o reemplazar la parte dañada.